Informes alertan de tala y cacería en áreas protegidas del Yasuní
La supervivencia de los tagaeri y taromenane –que conforman los pueblos indígenas en aislamiento voluntario (PIAV)– vuelve a estar amenazada tras la identificación de actividades ilícitas de tala y cacería en medio de la espesura de la selva que ocupan.
Son acciones que, como ha ocurrido en el pasado, pueden derivar en matanzas al darse encuentros fortuitos de los pueblos ocultos con las personas que se internan en las áreas del Parque Nacional Yasuní (PNY) y la Zona Intangible Tagaeri Taromenane (ZITT) –esta última creada en 1999–, según especialistas consultados.
Al ser grupos que mantienen ciclos de constante movilidad, no conocen de límites establecidos por el Estado en un área compartida con la etnia huaorani, dice José Proaño, director para América Latina de la ONG ambientalista Land is Life.
Dos informes recientes, uno del Ministerio del Ambiente y otro de ONG ambientalistas, dan cuenta de la vulnerabilidad que persiste en esta zona.
El informe de cierre del proyecto del Programa de Reparación Ambiental y Social ejecutado por el Ministerio del Ambiente indica que en varios sobrevuelos realizados a finales del 2016, al oeste, sur y este del PNY, y en sectores como la Franja de Diversidad y Vida, quebrada El Lobo, y de los ríos Cononaco, Curaray y Nashiño se encontraron huellas de “posible actividad ilícita”.
Un ejemplo fue el 1 de diciembre pasado en la quebrada El Lobo, donde observaron “caminos que serían utilizados para cacería o el arrastre de madera, además de evidenciar un área tipo muelle que sería donde embarcan la madera”,
El otro informe más reciente se llama “Tala Ilegal de Madera Zona Intangible Tagaeri Taromenane Yasuní Ecuador” y fue realizado por las ONG ambientalistas Land is Life y Acción Ecológica y la Fundación Alejandro Labaka.
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